domingo, 18 de septiembre de 2022

2022 Villanueva de los Infantes

 VIAJEROS



Villanueva de los Infantes: el lugar de La Mancha del que siempre querrás acordarte

Antonio Machado 

 Cantaba  en sus versos que Castilla era ancha y plana

 como el pecho de un varón. Y cierto es, ya que, rumbo a Villanueva de los Infantes,

 atravesar Castilla la Mancha es recorrer extensiones de llanura casi sin fin,

 con un paisaje que solo es cortado por los campos de viñedos que anuncian

que estamos en tierra de vinos.

De vinos y, además, una de las provincias que más se lamenta de los estragos

de la España olvidada.

 Porque quien quiere disfrutar de La Mancha tiene que rascar, tiene que ir a una aventura sin mapas. 

Y así debe ser para posiblemente acaba en uno de los siete pueblos que Ciudad Real tiene dentro del club de los pueblos más bonitos de España.

La herencia histórica y cultural que hemos recibido desde que los Trastámara 

se peleaban antes de que existiera España tal y como la entendemos hoy como país,parece que ha querido siempre quedarse en la mitad norte del mapa. 

Y ese es el valor añadido que encontramos cuando llegamos a un pueblo 

como Villanueva de los Infantes, en el corazón de la comarca de 

Campo de Montiel, que por otra parte es el origen del apellido de la eterna Sara Montiel, también manchega (pero de Campo de Criptana).

LA VILLA MÁS NOBLE E ILUSTRADA DE LA MANCHA

Villanueva de los infantes tuvo una gran importancia en la Edad Media,

sobre todo tras la batalla de las Navas de Tolosa en el año 1212. 

En el siglo XV multiplicó tanto su población que Don Enrique, 

infante de Aragón, decidió hacer de la Moraleja que allí existía una villa independiente 

y en honor a él y sus hermanos pasó a llamarse como hoy en día se la conoce.




Entramos en un pueblo eminentemente castellano, con cierta sobriedad, 










pero que tiene una importancia cultural tan grande que necesitaríamos 









meses para empaparnos de todo. Partimos de su majestuosa Plaza Mayor,



rodeada de pórticos renacentistas que invitan a la primera foto y en cuyo centro nos espera el mismísimo Don Quijote, acompañado de su inseparable Sancho Panza. Estamos en el punto de partida de la historia de El Quijote de la Mancha, en la ciudad que se clavó en la retina a Cervantes y así la inmortalizó.


 Dominando la plaza hay que adentrarse en la iglesia gótica de San Andrés,
 nuestra primera parada. A pesar de la sobriedad del templo, en su interior hay un gran tesoro escondido,
 más concretamente en la cripta de la llamada Capilla de los bustos.
 Porque allí es donde descansan los restos de Francisco de Quevedo el destino perfecto para empaparse de historia.